Franco, además de añadir las columnas de Hércules coronadas y una cinta con la divisa «una, grande y libre», recuperó el escudo de 1475 de los Reyes Católicos tras unos momentos de confusión simbólica. La presencia de los medios de comunicación, en especial de la televisión, hizo que la camiseta se convirtiera en una vitrina. Este mismo emblema estatal siguió apareciendo intermitentemente en el futuro, al ser recuperado por el reinado de Amadeo I (1870-1873) en la Primera República y en la Segunda, pero siendo eliminado en la Restauración, con la vuelta al trono de la dinastía borbónica, que quiso volver a instaurar su escudo dinástico.